Y en medio de un deseo te pido que alumbres el camino de quien quiero.
En medio de la noche al caminante exhausto, que ha olvidado mirar al cielo, lo cobijas en tu luz, le muestras y acompañas el camino, fielmente a su lado para nunca dejarlo caer. Y si en un mágico momento él vuelve sus ojos al cielo, te vuelves bella y hermosa, brillando radiante como una sonrisa, o como el brillo de unos ojos enamorados...
La sonrisa de ese caminante vale más que cualquier fortuna, ver su calma reflejada en sus manos tibias, y su mirada, que brilla iluminada de esperanza, viendo tu propio reflejo ahí.
Te sumerges en el eterno sueño de que esos ojos nunca te dejen de mirar así.. De que sus manos sean a ti a quienes rodean, de que sus odas sean a ti a quien hablan, de que sus sueños sean a ti a quien buscan. O que simplemente te tome de la mano y te lleve a su lado en lo que queda del camino.
Hay noches en que se olvidan del mundo y se funden en una larga conversación.
Ese caminante te muestra el camino recorrido solo, antes de que lo pudieses iluminar. Intenta explicar porque hay tantas piedras en su camino o porque viene tan cansado. Porque sus ojos no brillan en cada momento o su sonrisa no es constante.
Te dejó en claro que ese es su ayer.. antes de que te pudieses asustar.
Y contemplas con admiración su pasado. Viendo ante tus pies a un noble y valeroso caballero de armadura oxidada, pero forjada.
Y de antaño comenzaste a hacer tratos con los astros, para que esos ojos se fijasen en ti, ilusionada y convencida que podrías devolverle la luz a su mirar.
Leíste antiguos libros buscando la receta para limpiar esa armadura oxidada y hacerla brillar, más liviana y agradable a su andar. Y te emocionaras con el día en que la deje de ocupar, para protegerse solo con tu luz.
OH mi Luna. Te endureciste el día que distinguiste una señorita al lado de el, y con quien le era agradable conversar. Te escondiste entre nubes sin dejar de iluminar, el día que le viste mostrar sus poemas y su nombre escrito al final. Simplemente lo dejaste de mirar.
Pero un buen día. Lo escuchaste silbando melodías y mirando al cielo. Lo viste subirse a la colina más alta intentando rozar tu oído. Lo viste solo y feliz de estar ahí, caminaron por el camino más largo buscando un mar.
Y la mañana siguiente, notaste que dejo de pisar esos espejismos que aparecían en el camino... porque a ti te hacia daño.
Esa noche, vi esbozarse tu olvidada sonrisa antes de ir a dormir.
Querida Luna. Te he visto volver a temblar, y te he sentido suspirar cuando crees que no te observo.
He visto tus ojos volver a brillar, ante las mismas imágenes que estabas acostumbradas a observar. Pero sonríes como si todo fuese nuevo..
Has visto pasar más personas por ahí. Pero nadie te ha cautivado tanto como ese caminante.
Se distingue la bondad que te da ese noble caballero en su andar.
Brillas con mas fuerza, seguridad y convicción cada noche y a veces hasta me convences de que no temes al mirar.
Veo tu seguridad al recordar ese corazón, que un día dibujo con sus manos cuando solo tu lo podías ver. Noto tu ilusión al traducir sus mensajes.
Y a veces te veo titubear, al leer sus escritos con títulos de señoritas y su nombre al final.
Luna acabo de confesar tus sueños.. Aunque sé, decidiste no soñar con el día que vendrá. Solo soñar el hoy, pero con el corazón hinchado.
Aunque sé que oculta en lo más profundo de tus deseos, tu alma grita ilusionada, para que ese caminante, un día te tome con sus propias manos y te ponga a su lado, en ese mismo camino para llegar juntos al final.
O que un día deje su armadura, para hacerlo elevar a tu lado, en ese cielo iluminado de estrellas que no te dejan de acompañar.
Te sientes fuerte para tomarlo o para dejarte caer. Aunque se lo niegues.
Te gusta la exclusividad
Y lo sé. Porque suelo ser yo la misma luna.

¿Por qué el cariño será mudo solo dicho en la mente o en un momento confidente y busca la sutileza de no dejar rastro ante las miradas del resto?
Cuando lo único que queremos es encontrarnos con una rosa en medio del camino y estar seguros de quien lo dejo ahí
O aquí.